La región de la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) es conocida internacionalmente por la diversidad de su población y su cultura. Se sabe que la región tiene una de las mayores poblaciones árabes y musulmanas de América Latina, además de tener habitantes de origen asiático, principalmente chinos. Sin embargo, poco se dice sobre las poblaciones indígenas y negras.

La ciudad de Foz do Iguaçu tiene una población cercana a los 258.000 habitantes, considerando las proyecciones actuales del IBGE. Considerando los datos poblacionales de la ciudad, es posible percibirlo a partir de los flujos y desplazamientos que están presentes en la región y que tienen un contingente de población negra que se acerca a los 90 mil habitantes, es decir, más del 36%. de la población de la ciudad se declara preta y parda.

En abril de ese año, justo después de la muerte de Mãe Marina, importante liderazgo negro del oeste de Paraná, Unila organizó un ciclo de debates relacionados con la presencia africana en América Latina. A partir de ella, se percató que el silenciamiento, borrado y marginación de la memoria, la historia y la escena pública de la población negra y afrodescendiente es uno de los principales problemas del Estado latinoamericano, y que se debe enfrentar para la construcción de sociedades más justas. Por lo tanto, se puede decir que este es un tema importante para Foz do Iguaçu y también para la región. En el caso de la Triple Frontera, la llegada de negros al lado brasileño coincide con el proceso de fortalecimiento de la frontera nacional a fines del siglo XIX, con la colonia militar. Conocer la historia de nuestra composición étnica es un buen comienzo para pensar en nuevos rumbos para la sociedad.

Mãe Marina representa la resistencia de la población afrodescendiente y simboliza el humanismo y la humanidad de África y Africanidad, y refuerza el carácter integrador de la Triple Frontera. Una persona humilde, con escasos recursos materiales, pero con un gran corazón de madre: con su casa siempre abierta, también hizo de Unila un lugar para socializar su sabiduría ancestral, contribuyendo a la promoción de la integración latinoamericana. ¿Podría ser que el regreso de la Madre Marina al reino de Dios, en el año en que el mundo recordó que “las vidas de los negros importan” – después de los asesinatos de George Floyd (Estados Unidos) y Joao Alberto en Porto Alegre – no sirva de advertencia sobre la importancia de la población negra para la Triple Frontera?

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